reunión en Francia
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y los líderes de Francia y Alemania, Emmanuel Macron y Angela Merkel, mostraron este martes un frente unido ante la ambición inversora de Pekín para reclamar al mandatario chino, Xi Jinping, reciprocidad en las relaciones bilaterales.
Su encuentro en el Elíseo, impulsado por Macron, buscaba presentarse como un interlocutor fuerte ante el gigante asiático e intentar canalizar el apetito de Pekín a través del bloque comunitario, en un momento en el que países como Italia se han dejado tentar ya en solitario por proyectos como la Nueva Ruta de la Seda.
Flanqueado por Merkel y Juncker, Macron recibió a Xi en el tercer y último día de su viaje de Estado a Francia, que clausura una gira europea iniciada el jueves en Italia y que tuvo una breve escala en Mónaco el domingo. Al término de una hora de reunión, los tres coincidieron en que una asociación chino-europea fuerte tiene que asentarse en bases claras, exigentes y ambiciosas.
"Evidentemente, no hay ejercicio del poder sin divergencias. Ninguno de nosotros es ingenuo, pero respetamos a China y esperamos que respete la unidad de la Unión Europea y de sus valores", destacó el jefe de Estado francés.
La cita de este martes fue un aperitivo de la cumbre del próximo 9 de abril entre la UE y China, a la que el bloque comunitario califica tanto de socio estratégico como de rival sistémico, pero ante el que admite que su cooperación mutua es importante.
De esta primera discusión, Macron destacó haber coincidido en la necesidad de construir juntos un multilateralismo fuerte en materia de paz, seguridad y cambio climático.
También en que se debe reforzar el diálogo de cara a una visión común sobre el futuro de ese multilateralismo, del que el presidente estadounidense, Donald Trump, se ha distanciado.