Este miércoles, Luiz Inácio Lula da Silva se ha mostrado "tranquilo" y "sin rencor" en su primera aparición pública tras la anulación de sus condenas por corrupción. El expresidente brasileño ha evitado despejar las incógnitas sobre su futuro político de cara a las elecciones presidenciales de 2022, asegurando que su cabeza "no tiene tiempo para pensar en la candidatura".

Con una mascarilla roja y rociado de alcohol, el político de 75 años ha comparecido tan solo 2 días después de que el juez Edson Fachin, del Supremo Federal, anulara las penas que pesaban contra él.

La decisión de Fachin se debió a que el tribunal de Curibitia, el que condenó a da Silva, no tenía competencia para juzgar este tipo de casos, por lo que ahora serán reanudados y pasarán a manos de un tribunal de Brasilia.

"Víctima de la mayor mentira jurídica en 500 años"

Durante su discurso de hora y media, Lula ha confesado sentirse "herido" por haber pasado 580 días en prisión, aunque asegura que no guarda "odio" ni "rabia". Pese a su tono conciliador, no ha dudado en calificarse como "víctima de la mayor mentira jurídica en 500 años de historia" de Brasil.

"Toda la amargura y el sufrimiento que pasé, acabó. Estoy muy tranquilo", puntualizaba el expresidente en su primera aparición ante los medios desde el inicio de la pandemia del coronavirus, hace ya un año.

También se ha referido a las personas que le condenaron y, pese a que eso sea ya historia para él, ha subrayado que seguirá luchando en los tribunales para demostrar que Sergio Moro tomó una decisión parcial y que es "mayor mentiroso de la historia de Brasil".

"Deben estar sufriendo mucho más de lo que yo sufrí, porque saben que cometieron un error y yo sabía que no lo había cometido", sostenía.

La candidatura a las elecciones presidenciales de 2022

Con la anulación de sus condenas, Lula recupera sus derechos políticos, lo que le permitiría presentarse a las futuras elecciones presidenciales de Brasil el año que viene, algo sobre lo que no ha querido pronunciarse demasiado.

"Sería pequeño si pensara en 2022 en este instante", explicaba da Silva, añadiendo que será una decisión que tomaría, en cualquier caso "el año que viene".

Bajo su juicio, lo que verdaderamente importa ahora es "generar acciones para echar andar el país" y hablar sobre la recuperación económica y la vacuna contra el coronavirus.

Sobre estas últimas, pronunció un discurso a favor, animando a los brasileños a administrarse el tratamiento y no acatar "ninguna decisión imbécil" de Jair Bolsonaro.

"Ese virus mató casi 2.000 personas, se han naturalizado, pero podrían haber sido evitadas si el Gobierno hubiera hecho lo elemental", aseguró Lula.

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