Cáncer
En solo 13 años el padre y sus tres hijos sumaron 11 diagnósticos de cáncer. Ahora queda vivo solo él, que sigue luchando contra la enfermedad.
Régis Feitosa Mota tiene 52 años y padece cáncer después de que sus tres hijos hayan muerto por esta enfermedad, lo que provoca todo sea todavía más duro para él. De hecho, todos ellos murieron en el plazo de cuatro años y medio y, tras una investigación, descubrieron que el origen era un gen hereditario que les había transmitido su padre. En solo 13 años, entre los cuatro han sumado11 diagnósticos diferentes de cáncer.
13 años luchando contra el cáncer
El economista vio en 2009 cómo su hija Anna Carolina, que tenía solo 12 años y era la mayor de sus tres hijos, era diagnosticada de leucemia linfocítica aguda, el tipo de cáncer más común entre los niños. Tras casi tres años de radioterapia y quimioterapia consiguió curarse, pero no ha conseguido escapar de esta enfermedad. La joven murió el pasado 19 de noviembre por untumor cerebral, según explica el propio padre a BBC News Brasil.
Anna Carolina era la única de los tres hermanos de esta familia de la localidad brasileña de Fortaleza que quedaba con vida y su muerte dejó a Régis Feitosa Mota sin hijos. Beatriz había fallecido en 2018 por una leucemia linfocítica aguda y Pedro en 2020 por uncáncer cerebral, aunque ya había padecido otros tumores malignos.
Régis Feitosa Mota, por su parte, padece desde 2016 una leucemia linfocítica crónica, a lo que se sumó en 2021 unlinfoma no Hodgkin.
Mutación genética que aumenta el riesgo de cáncer
Que los cuatro miembros de la misma familia tuvieran cáncer no parecía una casualidad, y de hecho no lo es a la luz del resultado de las pruebas genéticas a las que se sometieron para descubrir el posible origen de la enfermedad.
"No podía ser una coincidencia"
"Empezamos a creer que estos tres casos no podían ser una coincidencia. Decidimos que era mejor investigar", explica Régis a BBC, por lo que se sometieron a estas pruebas en São Paulo, cuyo resultado era concluyente: "Los resultados mostraron que yo tenía una alteración genética que, lamentablemente, también se transmitió a mis hijos, y que potencia la aparición de cáncer". En términos probabilísticos, el riesgo de desarrollar cáncer entre los que tienen esta alteración es del 20% a los 10 años y asciende al 90% a lo largo de toda una vida adulta.
Esta conclusión les pilló por sorpresa en el sentido de que ningún otro miembro de su familia tienen esta alteración. De hecho, su padre tiene 85 años, por encima de la esperanza de vida de Brasil, y su madre 78, y ambos están sanos.
En la actualidad, los estudios estiman que esta condición genética afecta a entre 1 de cada 5.000 personas y 1 de cada 20.000 en todo el mundo.