LOS SEGUIDORES DE TRUMP
Es difícil encontrar seguidores de Donald Trump en las grandes ciudades, sobre todo de las costa este u oeste. Pero la situación cambia si se recorre el resto del país o las pequeñas ciudades donde se mantiene el tipo de vida y los negocios tradicionales. En una sastrería, mientras escuchan a Supertramp, nos dicen que "está llevando al país en la dirección correcta" y que "todos los que protestan deben de parar, son subversivos".
En un restaurante, a la hora de la comida, escuchamos: "Los adultos han vuelto a la Casa Blanca". En una charcutería: "Está haciendo lo que nos prometió". Y en la calle: "Hay que darle una oportunidad para que haga América grande de nuevo".
Pero aunque ese sea el ambiente dominante en sus feudos, y que reflejan las encuestas, hay otra mitad del país que no está de acuerdo: "En América no se puede prohibir a nadie, no se puede hacer", o "prometió demasiadas cosas y ahora tiene que intentar cumplirlas". Y están resignados: "Es lo que hay, ahora hay que esperar 4 años a ver qué pasa".