ASÍ LO VIVIMOS
Los primeros presos llegaban a Guantánamo, Cuba, el 11 de enero de 2002 a bordo de un avión militar C-141, que había partido de Kandahar, en Afganistán, el día anterior. Bush les bautizaba como "combatientes ilícitos". La cárcel sembraría la polémica en todo el mundo debido al limbo legal y los abusos que los reclusos recibían a cambio de información.
Tras la toma de posesión de su cargo, Barack Obama ilegalizaba las técnicas extremas de interrogación y firmaba un decreto por el que ordenaba el cierre de Guantánamo en el plazo de un año. Finalmente la orden no salió: los republicanos en el Capitolio se oponían frontalmente al traslado de los presos a suelo nacional norteamericano.
De todas formas, el líder demócrata lograba rebajar de forma significativa el número de presos recluidos en la base: de 800 prisioneros que llegó a albergar con Bush, a los 45 de Obama al dejar la presidencia.
En cambio el actual presidente, Donald Trump, se opone al cierre de la prisión y a las liberaciones de Guantánamo argumentando que “son personas extremadamente peligrosas y no se les debería permitir regresar al campo de batalla”.