CELEBRACIÓN DEL 4 DE JULIO
Los fuegos artificiales llenaron de color la noche en Nueva York, donde millones de personas despidieron desde las azoteas y las calles otro Día de la Independencia marcado por las barbacoas al sol y las reuniones sociales.
Riadas de gente vestida con los colores de la bandera estadounidense surcaban las calles de Nueva York ya al atardecer en busca de un buen lugar desde donde admirar el mayor espectáculo pirotécnico del país en esta jornada, para el que se han utilizado 60.000 proyectiles.
Los fuegos artificiales, que se lanzaron desde cinco embarcaciones situadas en el East River, iluminaron el paisaje neoyorquino plagado de rascacielos y con el Empire State teñido de colores patrióticos como protagonista.
La cantidad de público que atrae esta cita, unos tres millones de personas, llevó a la Policía local a reforzar el dispositivo de seguridad, si bien el jefe de la Policía, James O'Neill, señaló que no había "amenazas específicas ni creíbles contra el 4 de julio o la ciudad".