CRONOLOGÍA DE SU MOVILIZACIÓN
El 17 de septiembre, el gobierno de Macron anunció la subida a los impuestos de los carburantes. Es la gota que colma el vaso para las clases humildes y para la Francia rural, donde abunda el diésel. "Tengo una pensión de 900 euros y pago 400 de alquiler. Toda la vida trabajando y ahora no puedo echar gasolina", afirma una francesa.
A través de las redes sociales, varias personas, entre ellas, un ex-militante de la ultraderecha y una profesora de música, canalizan la ira de millones de ciudadanos. El eco es espectacular. Dos meses después, más de 300.000 personas se echan a la calle y bloquean carreteras y autopistas. Ellos lo bautizan como el primer acto de su lucha.El chaleco amarillo, se convierte en su insignia.
Las imágenes de un centro de París arrasado cada sábado dan la vuelta al mundo, y también impactan el destrozo de comercios y del patrimonio artístico. Los cuatro muertos y los centenares de heridos que suman estas protestas los que hacen dar marcha atrás al gobierno.
Esta semana, Emmanuel Macron suspendió unilateralmente la subida de los carburantes pero esto ya no basta a los chalecos amarillos. Conductores, sanitarios, estudiantes y cada vez más colectivos suman nuevas reivindicaciones. Ahora su objetivo es la dimisión del presidente.