PAUL HORNER
Un hombre condujo desde Carolina del Norte hasta una pizzeria situada en un tranquilo barrio de Washington. Entró armado, quería liberar a los supuestos menores explotados por Hillary Clinton, pero solo encontró clientes comiendo.
El joven había creído las mentiras propagadas en las redes. La falsa historia, bautizada como pizzagate, ha corrido como la pólvora en internet, sobre todo gracias a los partidarios de Trump, que la han difundido sin miramientos para alimentar la teoría de la conspiración.
Entre ellos hay hombres muy cercanos al presidente electo, como Michael Flynn que formará parte del equipo de Seguridad Nacional. El propio Trump ha potenciado los bulos.
El ahora presidente electo dio carta de naturaleza a una supuesta información según la cual el comité nacional demócrata estaba pagando 1.500 dólares para que la gente fuese a protestar a uno de sus actos.
Esta mentira de Trump lleva la firma de Paul Horner. Durante la campaña electoral, este americano llegó a ganar 10.000 dólares al mes contando historias en la red tan increíbles como que los Amish, que aún viven como en el siglo XVIII, iban a votar al multimillonario.
Las mentiras son muy rentable en internet. Para evitarlo, gigantes como Google y Facebook intentarán dejar a esas web sin publicidad.