BELUGA ESPÍA EN NORUEGA
Un grupo de pescadores noruegos quedó sobresaltado este lunes al ver cómo una ballena beluga blanca se acercaba de forma agresiva a su embarcación y tiraba con fuerza de los cabos que colgaban del barco. Pero la sorpresa fue mayor al darse cuenta de que llevaba una especie de arnés en el que pudieron leer:"Equipo de San Petesburgo". La explicación más razonable que han encontrado los noruegos, es que se trata de una ballena espía entrenada por sus vecinos rusos. Suena a película de Hollywood, pero, ¿sería tan extraño?
La historia nos dice que no, ya que no sería la primera vez que un gobierno entrena a 'animales espía' para que les ayuden en objetivos militares. De hecho, los propios rusos ya han aprovechado a alta memoria de focas y delfines para enseñarles a localizar objetivos en alta mar. Sin embargo, Alemania fue la primera en aprovechar las cualidades y discreción de los animales para el espionaje. Hace más de un siglo ataban cámaras a palomas para que fotografiasen al enemigo. Como estos ejemplos, existen muchos, pero no siempre la ayuda animal ha dado su frutos.
La CIA se gastó 14 millones de dólares en implantar un dispositivo de escucha en un gato para que espiase a los rusos durante la Guerra Fría. Por desgracia para los americanos, el gato fue atropellado frente a una embajada soviética. Los británicos también lo intentaron desde el MI5. Usaron a jerbos en aeropuertos para que oliesen la adrenalina de los terroristas. Pero el proyecto no funcionó porque los roedores no podían diferenciar los nervios de los criminales, de los nervios de quienes sencillamente tenían miedo a volar.
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