MURIERON 71 PERSONAS

Londres rinde un multitudinario homenaje a las víctimas del incendio en la torre Grenfell

Miles de personas han acudido al homenaje que se ha celebrado en la Catedral de San Pablo en homenaje a aquellas personas que perdieron la vida atrapados por un enorme fuego que devoró la torre Grenfell. Entre los invitados estaban familiares de las víctimas, los miembros de la familia real británica y la cantante Adele, entre otros.

Londres recordó con un multitudinario tributo a las 71 víctimas mortales del devastador incendio declarado el pasado junio en una torre residencial de la capital, al cumplirse 6 meses de una tragedia que todavía plantea interrogantes.

Políticos, miembros de la realeza y supervivientes del fuego rindieron tributo en la Catedral de San Pablo a los que perdieron la vida en la madrugada del 14 de junio, atrapados por un enorme fuego, que devoró un bloque de 24 plantas y 120 viviendas de protección social, en el que vivían entre 400 y 600 personas.

El incendio se propagó con una rapidez vertiginosa, lo que complicó sobremanera la evacuación del edificio y provocó que muchos residentes no pudieran abandonar sus apartamentos, con consecuencias fatales, dejando desoladoras escenas de pánico e impotencia, recogidas por los medios de comunicación. Al margen de la pesquisa que actualmente lleva a cabo la policía, el pasado 14 de septiembre empezó una investigación oficial presidida por un juez para determinar las causas y responsabilidades en el incidente.

Por su parte, la comisaria jefa de la Policía Metropolitana de Londres (Met), Cressida Dick, aseguró a la BBC que ese cuerpo hará "lo que sea necesario" para ajusticiar a quien haya incurrido en una ofensa criminal en relación con el suceso.

Los agentes investigan "meticulosamente, con justicia y sin miedo" todas las circunstancias, según apuntó Dick, que admitió, no obstante, que las indagaciones criminales no podrán completarse en los próximos 12 meses.

Por otro lado, el incendio de la torre, ubicada en el acomodado barrio de Kensington y Chelsea, evidenció la acusada desigualdad social que afecta a Londres y forzó a las autoridades a investigar en todo el Reino Unido la idoneidad de las medidas de seguridad y antiincendios en los pisos de protección oficial.

La policía estableció que el incendio de la torre, donde residían personas con pocos recursos económicos, se desencadenó por un frigorífico defectuoso. Los expertos determinaron que las llamas se extendieron con gran facilidad debido a que el revestimiento del edificio era de material inflamable, no autorizado en el Reino Unido. En las horas posteriores al fuego, se calculó que había unas 400 personas en paradero desconocido y, según se pudo comprobar después por las cámaras de seguridad, 223 escaparon de las llamas, mientras que otras no estaban en casa cuando se produjo el suceso.

La primera ministra británica, Theresa May, el líder laborista, Jeremy Corbyn, y miembros de la realeza, entre ellos los duques de Cambridge y el príncipe Enrique, y el príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles, asistieron al servicio celebrado en la Catedral de San Pablo, donde quedaron representados todos los credos.

Al emotivo acto estuvieron invitadas 1.500 personas, entre ellas familiares de las víctimas y supervivientes, muchos de los cuales siguen realojados en hoteles o viviendas temporales a la espera de que el ayuntamiento les asigne una definitiva, bomberos, miembros de los equipos de rescate y voluntarios. También acudió la cantante británica Adele, que ayudó activamente a los afectados tras producirse el suceso.

El memorial estuvo amenizado por varias formaciones musicales, entre ellas un coro de 30 niñas de un colegio musulmán. El obispo de Kensington, Graham Tomlin, organizador del tributo, afirmó a la BBC que, seis meses después, "sigue habiendo muchas cuestiones sin resolver en la comunidad" y admitió que "es muy difícil vivir con ese nivel de incertidumbre".

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