En Nebraska, las fuertes lluvias han provocado repentinas inundaciones. En menos de un minuto, el agua hacia flotar todo lo que encontraba a su paso. Calles y vías convertidas en piscinas, por lo que moverse en piragua es la única opción.
También a las afueras de Nueva York, en Long Island, ha habido record de precipitaciones. Los meteorólogos aseguran que no se registraban unas tormentas de verano de este tipo desde hacía 200 años.