INUNDACIONES EN BRASIL

La lluvia no da tregua a Río de Janeiro

Todavía hay muchas víctimas bajo las toneladas de barro y piedras que cayeron de las montañas, los servicios de rescate no puede acceder a ellas y continua lloviendo lentamente pero sin cesar.

Sigue lloviendo en Brasil, lentamente pero sin cesar. En muchas zonas el agua alcanza varios metros.Todavía hay muchas víctimas bajo las toneladas de barro y piedras que cayeron de las montañas. Los servicios de rescate no puede acceder a ellas.

Hace tres años, el gobierno brasileño mandó un informe a la ONU reconociendo que no tenía capacidad para afrontar una situación tan grave como ésta. Sabían que las zonas rurales eran especialmente débiles y pedían más efectivos. Han llegado tarde. Ahora sólo queda seguir con las labores de rescate y reconstrucción.

La lluvia no da tregua a la castigada región de la sierra de Río de Janeiro. Las tareas de búsqueda continúan y los equipos intentan acceder a las zonas más aisladas terrenos que acumulan toneladas de piedras y lodo.

"Nadie se esperaba esto. Era un pequeño riachuelo que no parecía que fuera a dar problemas y de repente todo se convirtió en un caos que aniquilaba a toda la población" relata con horror una de las víctimas.

En Nova Friburgo comienzan a dar sepultura a las víctimas. Faltan terrenos y muchos cuerpos por identificar. Pero también queda esperanza, la de que aquellos brasileños que como Ilair Pereira consiguieron salvar su vida.

Sus vecinos le lanzaron una cuerda justo a tiempo, "Cuando intenté salir por la puerta ví que todo estaba inundado así que tuve que subir arriba con mi perro. Tuve que dejarle allí mientras todo iba desapareciendo detrás de mi"

Se calcula que más de 8.000 personas han perdido sus hogares. Los víveres escasean y gran parte de la población continúa sin luz. Otro de los supervivientes cuenta como logro escapar "Subí arriba con mis dos hijos y mi nieto. Esperamos a que pasara la tormenta era como un terremoto, la casa entera se tambaleaba."

El gobernador de Río de Janeiro ha declarado un luto oficial de siete días, en honor a las víctimas, que comenzará mañana. Quizá con el duelo, llegue también el sol.

 

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