Reino Unido
Nadie en el Partido Conservador británico entiende la estrategia de Liz Truss. La primera ministra de Reino Unido vuelve a rectificar, ahora sobre las pensiones y anuncia que las revalorizará tras negarlo unas pocas horas antes.
Nadie comprende la estrategia de Liz Truss en Reino Unido. Se ignora si son movimientos a la desesperada, bandazos para ganarse el favor de sus diputados o, simplemente, desconocimiento de sus propias medidas. Pero lo cierto es que los continuos cambios de posición de la primera ministra están haciendo que los altos mandos 'tories' y los parlamentarios de la bancada conservadora echen humo por las orejas, fuego por la boca, y un monumental enfado en sus palabras.
La primera ministra ha dicho ahora que renuncia a no actualizar las pensiones y asegura que las revalorizará. El motivo de la sorpresa está en que cuatro diputados se habían opuesto rotundamente a no actualizar las pensiones, una promesa que la primera ministra pretendía incumplir. Hace tan solo unas horas, Liz Truss apoyaba mantener su posición, incluso a sabiendas de que podía contar con el rechazo de sus propios parlamentarios.
Ante esto, tanto los diputados 'tories' como los mercados financieros, han quedado boquiabiertos. Hay quienes sospechan que las declaraciones de Truss, al apoyar que no se actualizaran las pensiones, eran un farol para presionar a los diputados de su bancada. No obstante, ellos se han mantenido firmes en su posición, y siguen debilitando la autoridad de la primera ministra, cuya figura está herida de muerte salvo que cesen las presiones internas contra ella.
Los laboristas se frotan las manos
Mientras el Partido Conservador se hunde como el Titanic, el Partido Laborista se limita a pedir eleciones y contemplar, como mero espectador, el bochornoso espectáculo que están dandolos conservadores británicos. Lo que, en un principio, parecía ser la búsqueda a una salida digna para Boris Johnson, ha terminado por convertirse en un auténtico circo mediático, con Liz Truss hundiendo la reputación de su partido, atrincherándose en el cargo, los laboristas disparados en todas las encuestas, y la sociedad británica anonadada.
Los sondeos más recientes aseguran que la primera ministra británica tiene apenas un 10% del apoyo de la sociedad británica. Lo más llamativo de todo es que, desde hace varias semanas, las encuestas aseguran que Liz Truss cuenta con opiniones más negativas que positivas entre sus propios afines. Sus continuos cambios de posición la colocan en la puerta de salida, con los 'tories' buscando la manera de dar la vuelta a una situación que no les es nada favorable en estos momentos.
Por si fuera poco, una encuesta reciente ha desvelado que los votantes conservadores prefieren la vuelta de Boris Johnson, en caso de que haya que buscar un sustituto a la actual primera ministra. Si Johnson no volviera, el favorito sería Rishi Sunak, antiguo ministro de Finanzas de Johnson y candidato a Downing Street, que fue derrotado por Truss en la elección final. Tras él, los favoritos son el actual ministro de Defensa británico, Ben Wallace, y Penny Mordaunt, penúltima eliminada en las primarias, por Sunak y Truss.