FUE EN UNA FIESTA DE AÑO NUEVO
Un juez mexicano ha liberado a un joven rico acusado de secuestrar y agredir sexualmente a una estudiante, alegando que el autor no se divirtió. Diego Cruz, de 21 años, fue uno de los cuatro jóvenes de familias prominentes en el estado costero de Veracruz que fueron apodados 'Los Porkys' en las redes sociales después de que fueran acusados de coger a una compañera de clase de su escuela privada de élite mientras salía de una fiesta de Año Nuevo en 2015.
En la sentencia, que se hizo pública el lunes, el juez Anuar González considera que aunque Cruz fue acusado de tocar los pechos de la víctima y penetrarla con los dedos, había actuado sin "intención carnal", y por lo tanto no es culpable de agresión. González también entiende que aunque la víctima, que tenía 17 años en ese momento, fue obligada a entrar en el auto de uno de sus presuntos atacantes, nunca estuvo "indefensa". No obstante, dos de los otros tres sospechosos ha sido acusados de penetrar a la víctima.
La liberación de Cruz, que había huido a España pero fue extraditado a México, ha provocado indignación entre los activistas de derechos humanos y es un nuevo caso que refuerza la percepción de que aquellos con dinero y conexiones políticas están por encima de la ley en el país.
"No había placer en el acto, sólo estaba destinado a causar humillación. Ellos la estaban molestando, así que para el juez, si la intención no era el placer, no es asalto sexual ", denuncia Estefanía Vela Barba, activista en temas de género que trabaja en el departamento de estudios jurídicos del Centro de Enseñanza e Investigación en Economía. "No hay disputa de los hechos. No es una loca diciendo esto, viene de la boca del juez y está diciendo que si te tocan contra tu voluntad, puede que no sea abuso", añade en unas palabras que recoge 'The Guardian'.
El caso de 'Los Porkys' ha provocado una indignación generalizada en México, sobre todo porque se produjo en Veracruz, que en los últimos meses ha llegado a simbolizar el fracaso del Estado mexicano para garantizar incluso una apariencia de estado de derecho. Además, en medio de una creciente batalla entre facciones rivales del crimen, miles de mujeres han desaparecido en el estado.
Este suceso también se ha mantenido como un ejemplo de la impunidad desenfrenada permitida a la descendencia de la élite de México. Quince meses después del ataque, la víctima describió su calvario en Facebook, en un aparente intento de avergonzar a las autoridades para que tomaran medidas: "No tengo nada de lo que arrepentirme".