tras dos meses en prisión
La liberación de la vietnamita Doan Thi Houng, la única sospechosa hallada culpable por el asesinato en 2017 en Kuala Lumpur de Kim Jong-nam, el hermano mayor del líder norcoreano, Kim Jong-un, pone el cierre con incógnitas a este crimen, que según servicios de inteligencia tiene la marca de Pionyang.
Doan, quien a principios de abril fue condenada a tres años y cuatro meses de cárcel tras declararse culpable por un delito de causar daño voluntario con un arma peligrosa, dejó a primera hora de la mañana la prisión de Kajang, al sur de la capital malasia.
Doan y la indonesia Siti Aisyah, en libertad desde principios de marzo, asaltaron a Kim el 13 de febrero de 2017 en la terminal de salidas del aeropuerto de Kuala Lumpur, en una acción que Corea del Sur y Estados Unidos atribuyó a agentes norcoreanos.
Las dos mujeres se declararon inocentes tras su detención y aseguraron que creían que participaban en una broma para un programa de televisión cuando frotaron el rostro de la víctima con una sustancia que creían inofensiva, y que en realidad era el agente nervioso VX, catalogado como arma de destrucción masiva por la ONU. Kim Jong-nam murió camino del hospital menos de media hora después de recibir el veneno.
Según la investigación de la Policía malasia, el asesinato fue organizado por cuatro norcoreanos: Ri Ji-hyon, Hong Song-hac, O Jong-gil y Ri Jae-nam, quienes contrataron a las dos mujeres utilizando nombres y nacionalidades distintas. Los cuatro sospechosos se encuentran en paradero desconocido tras abandonar Kuala Lumpur en avión horas después de la muerte de Kim y tras presenciar desde la distancia en el mismo recinto aeroportuario la ejecución del plan.