PESE A LO DICHO POR EL EJÉRCITO
La liberación por parte del Ejército de Nigeria de 121 niñas secuestradas el pasado lunes de una escuela-residencia en el noroeste del país no es cierta, según aseguraron este jueves la directora del centro y el gobernador del estado de Borno, donde ocurrió el suceso.
En un comunicado difundido a última hora del miércoles, el portavoz del Ejército, general Chris Olukolade, señaló que 121 de las 129 escolares secuestradas en la localidad de Chikob habían sido liberadas.
Según Olukolade, los soldados siguen buscando a las otras ocho escolares raptadas y a los miembros de la milicia radical islámica Boko Haram a los que las autoridades atribuyen el secuestro.
Sin embargo, la directora de la Escuela Gubernamental Femenina de Secundaria de Chibok, Asabe Kwambura, acusó este jueves a los militares de mentir.
"No hay nada en el comunicado militar que sea verdad sobre nuestras niñas secuestradas", subrayó la directora, citada por el diario local 'Premium Times'.
"Hasta ahora, todavía estamos esperando y rezando por el regreso seguro de las estudiantes. Lo único que sé es que sólo catorce de ellas están con nosotros", indicó Kwambura, al agregar que vigilantes y voluntarios andan aún tras el rastro de las menores.
Por su parte, el gobernador del estado de Borno (al que pertenece Chibok), Kashim Shettima, también negó la versión de las Fuerzas Armadas.
"Hemos recuperado a catorce niñas. Hemos anunciado una recompensa de 50 millones de nairas (casi 307.000 dólares) por cualquier información fiable que nos ayude a liberar a nuestras niñas y reunirlas con sus familias", declaró el gobernador.
Según los testigos citados por los medios locales, el secuestro de las escolares ocurrió la noche del lunes, cuando unos 50 hombres armados llegaron a Chibok en un convoy de vehículos y prendieron fuego a edificios públicos y viviendas. Después se dirigieron a la escuela local de enseñanza secundaria, donde capturaron a todas las estudiantes que pudieron y se las llevaron en un camión.
El rapto se produjo horas después del atentado con bomba, vinculado también por el Gobierno a Boko Haram, que el pasado lunes causó al menos 75 muertos (71 en un principio y cuatro fallecidos después por heridas graves) en una estación de autobuses de Abuya.
El presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, ha convocado para este jueves una reunión del Consejo Nacional de Seguridad de Abuya para abordar el empeoramiento de la seguridad en el país. Boko Haram, que significa en lenguas locales "la educación no islámica es pecado", lucha por imponer la 'sharía' o ley islámica en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiana en el sur.
Desde que la Policía acabó en 2009 con el líder de Boko Haram, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que ha causado más de 3.000 muertos. Con unos 170 millones de habitantes integrados en más de 200 grupos tribales, Nigeria, el país más poblado de África, sufre múltiples tensiones por sus profundas diferencias políticas, socioeconómicas, religiosas y territoriales.