Erupción volcánica
Durante la noche del viernes al sábado, se ha producido una erupción volcánica a 40 kilómetros de la capital de Islandia, Reykjavik. No es preocupante aunque el cráter presenta una fisura de medio kilómetro de largo y un kilómetro cuadrado de lava que se puede apreciar gracias a las imágenes aéreas.
Según la oficina Oficina Meteorológica de Islandia, la erupción se considera pequeña y hay poca actividad eruptiva en la zona. Sin embargo, por precaución las autoridades han pedido a la población que permanezcan en casa.
El lugar de la erupción ha sido en Fagradalsfjall, situada en Geldingadalur, un valle a unos 4,7 kilómetros tierra adentro de la península de Reykjanes. Se trata de un volcán que estaba dormido, dado que la última vez que entró en erupción fue hace 800 años.
Según las informaciones oficiales, la ciudad costera de Grindavík, situada a 10 kilómetros al suroeste, permanece cerrada al ser una localidad habitada.
El clima de la zona es húmero y ventoso motivo por el que se puede ver un brillo anaranjado en las nubes bajas. La erupción fue detectada, primero, por una de las cámaras web situada cerca de la montaña. Después fue confirmada por los satélites térmicos.
Como consecuencia de la erupción, se ha registrado varios terremotos de baja frecuencia en Fagradalsfjall, según explica la propia oficina islandesa. A pesar de la impactante imagen, no se espera que caigan cenizas, aunque sí que se esperan emisiones de gas y piroclasto.
El aeropuerto nacional de Keflavík permanece cerrado y el código de color de la aviación se ha situado en rojo que significa erupción en curso. Además, se han tomado otras medidas adicionales como el cierre de la principal carretera de la región donde ha tenido lugar la erupción.