CUMBRE HISTÓRICA EN SINGAPUR
La cumbre entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-Un estaba planificada al milímetro para evitar suspicacias de una u otra parte. Ambos mandatarios han entrado en la sala a la vez y han dado la misma cantidad de pasos hasta estrechar sus manos.
El encuentro ha generado además una gran cantidad de anécdotas pues ambos líderes tienen muchas pecularidades. Por ejemplo, el líder norcoreano ha llevado hasta Singapur su propio inodoro.
Kim Jong-un, de 35 años, tiene cierta obsesión por su seguridad y teme sufrir un atentado. Por eso, envió varios aviones 'trampa' antes de que el suyo aterrizara. Una medida ante preparada ante un intento de derribo.
El líder norcoreano viaja con un gran séquito, que ha pasado exhaustivas pruebas para alcanzar el puesto. Una docena ha de estar siempre con él y han detener una altura similar a la del líder para actuar como escudos humanos, lo que significa que tendrán que medir en torno a 1,75 metros. Su equipo de seguridad le sigue al trote cuando va en su limusina formando un anillo alrededor con una visión de 360 grados.
Entre las medidas de seguridad también figura su propio inodoro y es que Kim Jong-Un teme que sus enemigos puedan hacerse con sus heces para conocer los detalles de su estado de salud. Incluso aseguran que uno de sus vehículos está equipado con un retrete personalizado.
También lleva su propia comida en camiones frigoríficos fuertemente custodiados.
Por su parte, Donald Trump, de 71 años, tampoco escatima en seguridad. Más de una treintena de vehículos le acompañan a todas partes. Entre ellos sus dos limusinas blindadas conocidas como 'La Bestia'. Entre sus requisitos gastronómicos en cualquier viaje: tarta de chocolate de postre.
Ambos mandatarios se han alojado en suits de lujo de distintos hoteles con un coste de 6.000 euros la noche.
Además, la reunión ha costado unos 20 millones de dólares que ha costeado Singapur.