TÉCNICA DE OCULTACIÓN
Henley Stephenson burló a la policia durante mas de diez años gracias a una máscara de látex que le convertía en un hombre blanco. Es la nueva tendencia en robos en Estados Unidos. Pesonajes apodados El Vejete, El Niño Bonito o El Calvo atracan bancos ocultando sus rostros detrás de máscaras de látex. Son tan sofisticadas que las fabrican hasta con pelo de verdad y arrugas bien marcadas.
Se adhieren con tanta perfección que resulta imposible descubrir la raza o la edad del ladrón. Según detalles que dan las propias autoridades, un joven blanco se gastó 650 dólares en una máscara de látex y consiguió un botín de tres millones. En las cámaras de seguridad de los bancos, parecía un afroamericano.
Por su perfección, la policía no tiene registrados cuántos robos se han producido con máscaras de látex. Resulta imposible detectar si el rostro del delincuente es real o de silicona. Además los empleados del banco no están entrenados para detectarlas. Prestan atención a disfraces tardicionales, como barbas postizas o pelucas.
Uno de los atracadores más populares es El Vejete. Ha asaltado más de 16 bancos en California y la policía no sabe si es un viejo de verdad o un joven. Blanco o negro. Incluso si es hombre o una mujer. Lo único que saben es que su máscara se puede comprar por 800 dolares.
Las hay más económicas. Desde la básica de cincuenta dólares hasta las más realistas de seiscientos o setecientos dólares. No son baratas, pero es una pequeña inversión para un atracador como El Vejete, que en su carrera delictiva se ha embolsado más de 250.000 dolares. Han pasado de ser ladrones de guante blanco, a atracadores de látex.