Coronavirus
En estos momentos las perspectivas de la cumbre europea no son positivas. Se está negociando únicamente con los cuatro países 'frugales', a los que se ha unido Dinamarca, y no se está debatiendo sobre detalles o reparto de partidas, sino que directamente se está hablando de líneas generales. Esto quiere decir que se les está preguntando si están dispuestos a aceptar un plan que sea verdaderamente ambicioso porque si no no habría acuerdo.
El presidente Pedro Sánchez ha estado toda la mañana de este domingo participando en reuniones bilaterales con sus colegas, como Alemania, Francia, Portugal e Italia. De hecho, en la madrugada de este domingo se siguió negociando en los hoteles de los líderes una vez que había terminado la jornada de la cumbre.
Lo peor es que los obstáculos que estaban encima de la mesa el pasado viernes por la mañana, continúan todavía presentes.
Enfrentamiento norte-sur
Por ello, Angela Merkel y Emmanuel Macron se están convirtiendo en los verdaderos árbitros entre el norte y el sur y están mediando en cada una de las reuniones, pero la canciller alemana no lo termina de ver claro: "No puedo decir si encontraremos hoy una solución". "Queremos llegar a un acuerdo lo antes posible, pero eso no nos va a hacer renunciar a rebajar la ambición de la respuesta", presionaba el mandatario galo a su llegada al Consejo.
Los frugales ya han conseguido recortarle 50.000 millones a la partida de subvenciones directas, pero todavía quieren más.
El eje franco-alemán ha marcado la línea roja: las subvenciones nunca podrán bajar de la barrera de los 400.000 millones si queremos que este plan sea creíble. Estas condiciones no le valen al primer ministro de los Países Bajos, que sigue con sus líneas más duras e insiste en tener control sobre las condiciones del resto.
Perspectivas de futuro
No existe tiempo límite para la que cumbre europea termine y los jefes de Estado de y Gobierno podrían mover sus agendas para reunirse otro día, como ocurrió con este domingo, que no estaba previsto.
El problema es que la prisa la tienen los países del sur, que son los que quieren que empiecen a llegar esos fondos cuanto antes, si puede ser este mismo año. En el norte ocurre todo lo contrario y por eso están llevando su estrategia de presión hasta el límite.
Desde el Banco Central Europeo han señalado que es mejor llegar a un acuerdo realmente potente aunque haya que tardar más en conseguirlo.