Así lo Vivimos
La República Popular China celebra su 70 aniversario con el objetivo de alcanzar la hegemonía mundial, pero con varias 'piedras en el zapato'. Las protestas populares en Hong Kong, las tensiones con Donald Trump y su relación comercial con Estados Unidos y también crisis como la del cerdo, son algunos de los frentes que ensombrecen los actos conmemorativos.
Aún así, el presidente de China, Xi Jinping, ha asegurado en el marco de los actos por la fundación de la República Popular, que "ninguna fuerza" podrá detener al pueblo y a la nación china "en su camino hacia adelante".
"Hace setenta años un día como hoy el camarada Mao Zedong declaró solemnemente al mundo en este mismo lugar la fundación de la República Popular China y el pueblo chino se puso en pie", proclamaba Xi desde la Puerta de la Paz Celestial, frente a la simbólica plaza de Tianamen.
En estas 7 décadas la revolución comunista "transformó completamente el miserable destino de China de ser pobre, débil y humillada durante más de cien años", según Xi Jimping. "No hay ninguna fuerza que pueda siquiera hace temblar el estatus de China o detener al pueblo y a la nación china en su camino hacia adelante".
Xi Jimping ha a provechado estos actos para poner el foco en la "completa reunificación" del país, en referencia a la isla de Taiwán, que China considera parte de su territorio y a la que ha robado dos nuevos aliados recientemente. Unas palabras pronunciadas en presencia de la cúpula del Partido Comunista y también del expresidente chino Jiang Zeming.
"La China de hoy ha sido creada por cientos de millones de chinos y la de mañana será más próspera". Así concluía el presidente un discurso que precedía a un gran desfile militar, el mayor de la historia del gigante asiático, en el que se ha mostrado todo el potencial del país, con armamento y tecnología que no había mostrado antes.