MODERNA, LIBERAL Y CON PROMESAS DE CAMBIO
Muchos la consideran como la mejor embajadora de Nueva Zelanda. Socialdemócrata y progresista, hace solo un año ganaba las elecciones por sorpresa. Con 37 años se convertía en la jefa de gobierno más joven del mundo. Desde el principio se rebeló contra el sexismo.
También ha roto moldes al llevar a su hija a Naciones Unidas. La pequeña está al cuidado del padre: un famoso periodista que ha pedido la baja por paternidad.
Aunque la oposición le critica que promueve políticas de austeridad: como que los ministros compartan gastos de desplazamiento, mientras fomenta que los miembros del gabinete viajen con niñera.