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Corea del Norte vivió la segunda jornada del VII Congreso del Partido de los Trabajadores, una cita histórica que se celebra a puerta cerrada y que de momento está sirviendo para fortalecer el liderazgo del joven Kim Jong-un.
Mientras continuaban los trabajos en el importante cónclave político y sin que trascendiera nada de su contenido, la imagen del líder vestido con un traje de chaqueta y corbata en la inauguración del evento dominó la jornada en Corea del Norte.
El dictador de 33 años aprovechó el viernes la apertura del Congreso, que se celebra por primera vez desde 1980 y que podría durar tres o cuatro días, para defender su política nuclear y de misiles y al mismo tiempo hacer su primera aparición pública vestido al estilo occidental en vez de su habitual chaqueta con cuello Mao.
La imagen invadió el contenido de los periódicos y la televisión estatal, que repitió el discurso en todos sus informativos, y acaparó la atención de los norcoreanos, sorprendidos por la indumentaria del líder y conscientes del gran parecido físico con su abuelo Kim Il-sung, fundador del país y primero de la dinastía.
"Fue toda una sorpresa. En cuanto lo vi me di cuenta de que era igual que su abuelo. Completamente igual", explicóJon Jang-hun, un estudiante de 26 años de la Universidad Politécnica Kim Chaek.
Nadie reconoce haberse perdido el discurso de unos quince minutos de duración que, aunque se celebró por la mañana, no se retransmitió en la televisión pública KCTV hasta el ultimo informativo del viernes a las 22 horas (14.30 GMT). "Por supuesto que lo vi. Espero que a raíz de este congreso se abra una nueva etapa histórica para nuestro partido y nuestro país", comentó, por su parte, un trabajador de 33 años que también encontró mucho parecido entre el joven líder y su abuelo, que gobernó el país desde su fundación en 1948 hasta fallecer en 1994.
El ministro de Exteriores surcoreano, Yun Byung-se, y el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, mantuvieron una conversación telefónica de 20 minutos en la que compartieron sus impresiones sobre el arranque del Congreso del Partido de los Trabajadores norcoreano y acordaron aumentar la presión sobre Corea del Norte.
Se espera que el líder vuelva a hablar en la clausura del evento, que podría producirse el domingo o el lunes, momento en el que se celebrará un gran desfile de antorchas en las calles de Pyongyang.