EN ISLA GRANDE, HAWAI
Las imágenes aéreas nos enseñan la lava fluyendo a más de 900 grados centígrados. La lengua incandescente se desliza hacia el océano y los vulcanólogos advierte del peligro para las comunidades cercanas.
Científicos de la NASA han puesto en marcha un proyecto de seis semanas para estudiar los vínculos entre los gases volcánicos y las emisiones térmicas, el flujo de la lava, las variaciones térmicas y todo el proceso vinculado a la erupción de este volcán.
Todos los datos que consigan servirán para paliar los riesgos asociados a las erupciones volcánicas.
En este sentido, el estudio del Kilauea, uno de los más activos de la Tierra, les aporta mucha información. Los científicos vuelan a una altura de 19.800 metros en una aeronave con instrumentos diseñados para medir la luz solar reflejada y la radiación térmica emitida.