Space X
Envuelta en llamas, así ha acabado el ensayo del prototipo de la nave espacial Starship SN8 de Space X, con la que se pretende llevar al hombre a Marte. La nave iba sin tripulación y, horas previas al despegue, se despejó la zona de aterrizaje, por lo que no hay que lamentar ningún herido.
El despegue, realizado con 24 horas de retraso, consistía en una prueba de vuelo suborbital. La nave de Space X llegó a alcanzar los 12 kilómetros de altura, logrando así su objetivo gracias al impulso de tres motores de tipo Raptor.
Sin embargo, al apagar los motores y dejarla planear durante unos minutos, tuvo que tomar tierra de forma forzosa y explotó, generando una impactante bola de fuego.
Elon Musk, fundador de la empresa Space X, asegura no obstante que la prueba ha sido un éxito por los datos obtenidos para mejorar el prototipo.
En sus redes sociales, Musk explicó que la presión del combustible era muy baja y la velocidad de aterrizaje, muy alta. La suma de estos factores fue lo que ocasionó el forzoso impacto contra tierra. Sin embargo, se muestra positivo con un esperanzador mensaje: "¡Marte, allá vamos!"
No es la primera vez que las naves de Space X sufren una explosión
La compañía Space X, con base en Boca Chica, Texas -donde ha despegado esta última nave-, es conocida por su rapidez a la hora de avanzar en el desarrollo de sus prototipos. Pero sus agresivas estrategias alguna que otra vez les han jugado una mala pasada, ocasionando varias explosiones en sus vuelos de prueba a lo largo de los años.
Estas primeras versiones del cohete de la compañía de Elon Musk se estarían desarrollando con el objetivo de Space X de llevar hasta 100 personas a la vez en misiones a la Luna y Marte.