SUCESIÓN DE TERREMOTOS EN LOS ABRUZZOS
En Amatrice 300 personas fallecían el pasado agosto en un terremoto que alcanzó los 6,2 grados. El seísmo terminaba de devastar una ciudad ya afectada por las sacudidas que destruyeron el centro de L'Aquilla en 2009.
Ambas localidades se encuentran en una zona de los Apeninos donde abundan las fallas. Cuando se mueven, las sacudidas cargan de energía a otras cercanas, preparándolas para el siguiente terremoto. El más largo duró 142 segundos y causó graves daños en toda la región.
Amatrice, por ejemplo, perdió el 60% de sus edificios, 4.000 millones de euros en daños. Pero si hay una ciudad que representa las heridas en el patrimonio esa es L'Aquilla, la capital perdía gran parte de sus monumentos. Casi 8 años después, el centro sigue cerrado por miedo a los derrumbes.
En los Abruzzos los terremotos han dejado sin hogar a más de 60.000 personas, la mayoría han sido reubicadas a las afueras, en pisos de alquiler o casas prefabricadas. Miles de ellas seguían sin electricidad este invierno a pesar de la ola de frío polar que afecta a Europa.