CUMPLÍA CADENA PERPETUA POR UN DELITO DE DROGAS
Alice Marie Johnson, la presa a la que perdonó este miércoles el presidente estadounidense, Donald Trump, ha salido en libertad, después de que la estrella televisiva Kim Kardashian pidiera clemencia para ella al gobernante. Trump conmutó en las últimas horas la sentencia a cadena perpetua a Johnson, que llevaba 22 años encarcelada por delitos relacionados con las drogas.
Después de reunirse con sus familiares fuera de una cárcel del estado de Alabama, Johnson, de 63 años, ha agradecido el perdón a Trump y a Kardashian por darle una oportunidad de "ser libre para vivir y empezar de nuevo", indicaron los medios locales. "Tengo mucho en lo que ponerme al día con mi familia y estoy con muchas ganas de regresar a mi comunidad y a trabajar", dijo la mujer afroamericana, ante decenas de familiares y simpatizantes.
Por su parte, Trump deseó en un tuit "buena suerte" y "una vida maravillosa" a Johnson, quien fue condenada a cadena perpetua en 1996 por delitos de drogas y lavado de activos, debido a su implicación en una red multimillonaria de tráfico de cocaína. La petición de clemencia de Johnson se basaba en que esos fueron sus primeros delitos, los cometió en un momento de dificultad económica y, si hoy fuera juzgada por los mismos cargos, la pena sería inferior.
La implicación de Kardashian hizo el caso más visible y llevó a más de 260.000 personas a firmar una petición en internet, incluso antes de que la estrella de las revistas del corazón acaparara las portadas con su reunión con Trump en Washington. Poco después de ser liberada, Johnson llamó a Kardashian para agradecerle su campaña de movilización a favor de su libertad. La estrella televisiva aseguró en un tuit que ese contacto telefónico con la liberada será "siempre" uno de sus "mejores recuerdos".
"La llamada telefónica que tuve ahora con Alice será siempre uno de mis mejores recuerdos", señaló Kardashian en su cuenta oficial de Twitter. Trump se mostró receptivo desde el principio a la petición de Kardashian y su yerno y asesor, Jared Kushner, también abogó por ello, aunque el jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, y el abogado de la Casa Blanca, Don McGahn, estaban en contra, según varios medios.