EL DESFILE MÁS NUMEROSO
El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, aseguró que su país está preparado para defenderse en una guerra contra Estados Unidos durante el desfile militar por el 70 aniversario de la fundación del Partido de los Trabajadores, en lo que ha sido su primera intervención pública en dos años y medio.
Corea del Norte "está preparada para luchar en cualquier tipo de guerra provocada por EEUU", expresó Kim Jong-un en el palco de la abarrotada plaza Kim Il-sung en pleno centro de Pyongyang, frente a cientos de miles de personas entre autoridades políticas, militares, civiles norcoreanos, periodistas y visitantes extranjeros.
Kim, que también defendió la política Songun (que da prioridad al Ejército), se mostró seguro y firme en su discurso en comparación a la anterior y única ocasión en la que se había pronunciado ante las masas.
Desde que llegó al poder en diciembre de 2011 solo había hablado en público en abril de 2012 con motivo del centenario del nacimiento de su abuelo, el 'presidente eterno' Kim Il-sung.
El joven dictador estuvo acompañado por altas autoridades políticas en el palco, donde destacó la presencia de su hermana Kim Yo-jong, de 29 años, considerada una figura emergente en la nueva era de la dinastía estalinista, y también del vicemariscal Hwang Pyong-so, número dos del régimen.
También ocupó un lugar preeminente junto al 'líder supremo' el jefe de propaganda chino y número 5 de la jerarquía de poder de Pekín, Liu Yunshan, que previamente mantuvo una reunión con Kim en la que ambos estrecharon los lazos bilaterales.
La exhibición de fuerza militar comenzó con un desfile de infantería en el que miles de soldados y numerosos tanques y vehículos militares recorrieron la plaza con pasos militares coordinados al milímetro.
Dado el masivo volumen del evento, algunos expertos ya han apuntado que se trata del mayor desfile militar en la historia de Corea del Norte. En la edición de este año más de un centenar de periodistas y un elevado número de visitantes de diversos países han acudido a la ceremonia, que se interpreta como una demostración de fuerza, solidez y unidad del Estado comunista en torno a su líder.
El desfile comenzó sobre las 14.30 horas (06.00 GMT), más tarde que en ocasiones anteriores, aparentemente por la fuerte lluvia caída la noche del viernes, aunque el régimen nunca desveló la hora de inicio ni ofreció explicaciones por el supuesto retraso.