100 AÑOS DEL NACIMIENTO
Su presidencia comenzó como un soplo de aire fresco: "No es lo que tu país puede hacer por ti, sino lo que tú puedes hacer por tu país". A sus 43 años John Fitgerald Kennedy se convertía en el primer católico en llegar a la Casa Blanca y en el más joven.
Era rico, ilustrado y representaba al padre de familia ideal. Su carisma y la televisión hicieron el resto. Como político encandiló al país a pesar de que su corta presidencia estuvo marcada por las revueltas raciales y la guerra fría. En 1962 demostró su capacidad para negociar cuando la Unión Soviética retiró sus armas nucleares de Cuba, durante la crisis de los misiles. Un éxito tras la fallida invasión de Bahía de Cochinos.
Kennedy era consciente del poder de su imagen, también con las mujeres y con las masas. Lo comprobó en Alemania occidental -entonces estaba dividida por el Telón de Acero soviético- donde se proclamó berlinés.
Mil días de presidencia que terminaron un 22 de noviembre de 1963, en Dallas, cuando, según la versión oficial, Harvey Lee Oswald le disparó una bala que le destrozó el cráneo. Kennedy se convirtió en un mito a la altura de Lincoln y Washigton. Oswald fue detenido y asesinado dos días más tarde en un traslado.