Europa
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea da luz verde a congelar los fondos europeos a Hungría y Polonia si no cumplen con el Estado de Derecho. Ambos países piden que "se respete" su soberanía nacional.
La Unión Europea continúa su ofensiva contra Hungría y Polonia y logra una victoria crucial de cara a su imposición sobre ambos países. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha dado su visto bueno para congelarles los fondos europeos a las dos naciones si no cumplen con el Estado de derecho, requisito que señalan como imprescindible para recibirlo.
La problemática surgió hace varios meses, después de que el Tribunal Constitucional de Polonia dictaminase que algunos puntos de la Constitución polaca eran "incompatibles" con determinados tratados del acuerdo que tiene el país con la Unión Europea, lo cual desató una enorme crisis diplomática que permanece vigente a día de hoy.
Desde entonces, el cruce de reproches ha sido permanente. Hungría se ha posicionado del lado de Polonia y la Unión Europea ha arremetido contra ambos gobiernos, acusándoles de querer saltarse las normas del bloque comunitario y amenazándoles en reiteradas ocasiones con sancionarles o incluso retirarles los fondos si no respetaban sus puntos principales.
Húngaros y polacos priorizan su soberanía nacional
Los Ejecutivos de Hungría y Polonia han pedido respeto a su soberanía nacional, reclamando que ésta sea la prioridad de todos los países, por encima de cualquier integración comunitaria o alianza entre naciones. Sus respectivos jefes de gobierno, Viktor Orbán y Mateusz Morawiecki, lo han expresado de este modo en reiteradas ocasiones.
El temor en la Unión Europea a una posible escisión del bloque comunitario es real desde que se llevó a cabo el 'Brexit'. En aquel caso, fue un euroescéptico, Nigel Farage, quien más fuerte apostó por la salida de Reino Unido en el referéndum de 2016, y que se congratuló como el que más después de que triunfara en junio de aquel año.
Las próximas granes pruebas de fuego para ello serán el mes de abril. El día 3 de ese mismo mes, se celebrarán elecciones en Hungría, donde Orbán verá si su pueblo le da la razón. Apenas una semana después, habrá elecciones presidenciales en Francia, donde la Unión Europea mantiene la esperanza de que ni Marine Le Pen ni Jean Luc-Melénchon salgan elegidos.