CON EL VOTO A FAVOR DE TODOS LOS PAÍSES, A EXCEPCIÓN DE DOS
El luxemburgués Jean-Claude Juncker ha sido elegido este viernes por los líderes de la Unión Europea (UE) como presidente del próximo Ejecutivo comunitario, ha confirmado el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. Juncker ha sido nominado este viernes por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE para ser el próximo presidente de la Comisión Europea,en sustitución del portugués José Manuel Durao Barroso.
"Decisión tomada. El Consejo Europeo propone a Jean-Claude Juncker como el próximo presidente de la Comisión Europea" (CE), ha escrito Van Rompuy, en un mensaje en la red social Twitter.
A Juncker, que en enero de 2013 abandonó el puesto de presidente del "club del euro" y en octubre del mismo año perdió las elecciones en su país, pocos le pronosticaban una segunda vida en la alta política. El luxemburgués estará al frente de la Comisión Europea, la institución que ejerce la iniciativa legislativa, y deberá conformar el nuevo Ejecutivo comunitario, en el que muchos de los actuales comisarios serán previsiblemente sustituidos. Hombre de consensos, como demostró al frente del "club del euro" en la peor parte del varapalo financiero de la "eurozona", Juncker consiguió ser el candidato del PPE con el apoyo de Alemania y Grecia, símbolos de las dos caras de la economía que ha dejado la peor crisis económica padecida por Europa desde la década de 1930.
El próximo presidente de la CE fue parte del equipo que gestionó la crisis del euro y ahora sus detractores le echan en cara ser uno de los rostros de la austeridad dictada desde Bruselas. Juncker se marchó de la Presidencia del Eurogrupo en enero de 2013 después de contribuir a que se sentaran las bases del supervisor bancario único. Elegido primer ministro de Luxemburgo por primera vez en 1995, obtuvo su primer cargo en el Ejecutivo de su país con 27 años.
En su Luxemburgo natal, Juncker ha sido un reclamo imbatible en las elecciones, donde durante veinte años ha acumulado victorias, aunque para consolidarlas también ha necesitado de coaliciones con otras fuerzas. En octubre de 2013, aún con un fuerte apoyo entre los electores, su carrera política en Luxemburgo terminó por un turbio escándalo de espionaje y de mala gestión en el seno de los servicios secretos.