SE PRESENTARON A LA VISTA CON FALDA
El polémico juicio contra dos mujeres jóvenes juzgadas por "obscenidad" y "atentado contra el pudor" por ir vestidas con una falda ha comenzado este martes en Inezgane (800 kilómetros al sur de Rabat), pero tras varias horas el juez decretó un retraso hasta el lunes próximo, según varios medios marroquíes.
El juicio, que ha levantado una enorme expectación, desplazó hasta esa ciudad a más de ciento veinte abogados, dijo la letrada Jadiya Rogani, representante junto a decenas de otras colegas de la coalición feminista Primavera por la Dignidad.
Las dos mujeres juzgadas, que se presentaron a la vista también con falda, fueron detenidas el 14 de junio después de haber sido rodeadas por una muchedumbre en el zoco de la ciudad y cuando habían buscado refugio en un comercio por haber sido acosadas sexualmente en el mercado. Su caso ha despertado una gran indignación en Marruecos porque la Policía del lugar, en lugar de perseguir a los acosadores, arrestó a las dos mujeres por su forma de vestir.
Una campaña llamada 'Una falda no es un crimen' ha logrado recoger miles de firmas en Facebook y ha sacado a las calles a cientos de personas en varios lugares de Marruecos en solidaridad con las llamadas 'chicas de Inezgane'.
Los abogados que intervinieron en la apertura del caso alertaron contra el extremismo y la incitación al odio existente en la sociedad marroquí, así como contra un Código Penal muy represivo, caldo de cultivo de un ambiente de intolerancia, dijo Rogani. Además, destacaron las numerosas irregularidades cometidas con las dos jóvenes, que firmaron el informe policial sin haberlo podido leer y sin que sus familias fueran avisadas de que pasaban una noche en el calabozo.
Además, en esa noche las dos jóvenes han denunciado en una entrevista que el acoso sexual continuó porque los agentes se dedicaron a hacerlas 'desfilar' ante ellos para evaluar si su ropa efectivamente atentaba contra el pudor.
El juicio de las chicas de Inezgane se celebra además en un contexto de varias polémicas encadenadas en las últimas semanas sobre la moralidad pública que han enfrentado al Marruecos conservador con el más occidentalizado.