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Un joven sobrevive al terremoto de Turquía bebiendo su propia orina: "Pude seguir vivo así"

Aguantó 94 horas atrapado entre los escombros. Al salir se fundió en un abrazo con su madre, que esperaba ansiosa noticias de él.

A sus 17 años Adnan Mohamed ha superado una de las experiencias más dramáticas. Como a muchos de sus compatriotas el terremoto de Turquía le pilló por sorpresa, sin margen para actuar. Quedó atrapado bajo los escombros y así permaneció casi 100 horas, hasta que los equipos de rescate lograron llegar hasta él.

Durante el tiempo que pasó atrapado, el joven se cobijó en un hueco que encontró en lo que era el sótano de su edificio y tuvo que ingeniárselas para mantenerse con vida. "Bebí mi propia orina para seguir vivo. Pude sobrevivir de esa manera", ha relatado.

Tras ser rescatado se ha fundido en un abrazo con su madre y sus hermanos pequeños, quienes no han parado de abrazarlo y besarlo, celebrando su regreso a la vida.

Como Adnan, otra mujer y su bebé, de tan solo 10 días, han pasado 100 horas entre los escombros después de que su casa se derrumbara por el seísmo. Juntos han salido al exterior este viernes, tras días sin ver la luz del sol.

Son rescates milagros en medio de una catástrofe que ya se ha cobrado la vida de más de 20.000 personas y ha dejado a otras 73.000 heridas. Los servicios de emergencia siguen trabajando a contrarreloj para intentar localizar a gente con vida.

Llega otro convoy a Siria

A Siria ha llegado este viernes el segundo convoy de la ONU con ayuda para víctimas. Este convoy incluye 14 camiones con tiendas de campaña, mantas, ropa de abrigo y para la lluvia y sistemas de calefacción para cerca de 16.000 personas.

En la parte siria el impacto del terremoto ha sido muy parecido, "pero el nivel de ayuda para llegar a la gente es mucho menor", tal y como ha indicado Okke Bouwman, director de Comunicación de la ONG Save the Children.

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