PERDIÓ UNA OREJA Y PARTE DE SU CABELLO

Una joven que fue rociada con ácido en 2014 pide cadena perpetua para uno de los agresores

Adele fue rociada con ácido en un plan organizado por su ex novio. Los hechos ocurrieron cuando la joven se encontraba en una parada de autobús, sufrió graves quemaduras y perdió una oreja y parte de su cabello.

Adele Bellis, una joven de 25 años de Lowestoft, Inglaterra, pide que se le condene a cadena perpetua a uno de los responsables del terrible ataque que recibió en agosto de 2014. Adele fue rociada con ácido en un plan organizado por su ex novio. Los hechos ocurrieron cuando la joven se encontraba en una parada de autobús, sufrió graves quemaduras y perdió una oreja y parte de su cabello.

Según informa The Sun, Adele recuerda con mucho dolor aquel día: "En cuestión de segundos comencé a arder. Recuerdo correr, y cada vez que me paraba sentía que mi piel se estaba derritiendo". "Pensé que me iba a disolver".

Anthony Riley fue condenado a cadena perpetua en 2015 por el Tribunal Crown Court después de ser declarado culpable de pagar 500 euros a su cómplice Jason Harrison, de 27 años de edad, para que llevase a cabo el ataque. Harrison fue condenado a cuatro años de cárcel, y fue liberado la semana pasada. Adele considera que "es necesario que haya sentencias más estrictas en casos como este".

"Tenemos que vivir con nuestras cicatrices, el tratamiento y una recuperación por el resto de mi vida. Deben recibir cadena perpetua", considera la joven. Tres años después del ataque, Adele ha escrito un libro, titulado 'Brave', en un intento de ayudar a otras mujeres a reconocer los signos de abuso doméstico y buscar ayuda.

Ella había sido maltratada psicológica y físicamente, ademas había sido atacada por su pareja en los meses previos al ataque."Hubo abuso doméstico desde el principio". "Yo llevaba con él desde los 16 años y él era mayor que yo. Durante muchos años el maltrato solo fue psicológico pero al final también fue físico. Me sentía como si me estuvieran quemando viva", cuenta.

Durante el juicio Adele descubrió que Riley era un traficante de drogas, y no un obrero como él le había dicho."Tenía cinco casas de venta de drogas y yo no era consciente. Yo sabía que era una mala persona, por eso tenía tanto miedo de dejarlo", asegura. Adele tiene "confianza y fuerza", pero ahora lo que le preocupa es lo que podría suceder en el futuro.

"En el último capítulo de mi libro, digo que no creo que haya terminado conmigo todavía". "Al final del día, el es que tiene una sentencia de por vida y no me llegó en la cara donde quería."Pero no puedo seguir preocupándome por el toda mi vida".

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