TENÍAN MALA RELACIÓN
Hace alrededor de una semana, Diana Fialho, una joven portuguesa de 23 años, compartió una amarga publicación en su cuenta de Facebook. La joven explicaba que su madre había desaparecido y que su teléfono móvil estaba apagado. Además pedía ayuda a quien pudiera tener alguna noticia de ella y explicaba que ya habían advertido de lo ocurrido a las autoridades.
Sin embargo, el caso dio un giro cuando el cuerpo de la desaparecida fue hallado carbonizado en la zona de Pegoes. Tras el hallazgo del cadáver, Diana Fialho y su marido Iuri, de 27 años, fueron detenidos como presuntos autores del asesinato de Amélia Fialho, profesora de 59 años y madre adoptiva de la detenida.
Según las primeras informaciones policiales, Amélia Fialho fue asesinada en su casa después de haber sido drogada y después de haber recibido numerosos martillazos en la cabeza.
Al parecer, los detenidos habrían puesto la droga en la cena de la mujer y tras ello la habrían trasladado a su dormitorio donde le propinaron martillazos en la cabeza.
Entonces, tras envolver su cuerpo en una manta lo llevaron al coche y de ahí, según cuentan los investigadores, la pareja se dirigió hacia una zona boscosa del municipio para deshacerse del cuerpo de la mujer. Allí, pese a que la mujer continuaba con vida, la rociaron con gasolina y prendieron fuego al cuerpo.
Tras deshacerse del cuerpo, la pareja limpió la escena del crimen y e hizo creer que se trataba de una desaparición, según informan medios locales.
Pero su historia se desmontó cuando se encontraron las grabaciones de una cámara de seguridad que revelaba que Iuri había comprado gasolina y un encendedor.
Además, la pareja estaba en el punto de mira de la Policía desde el primer momento, dado que conocidos de la víctima alertaron de que la relación entre la mujer y la pareja era muy mala.
La pareja ya ha confesado el crimen y ha reconocido que su principal motivo era independizarse y hacerse con el dinero y las propiedades de la fallecida.
Sin embargo, de ser declarados culpables, no podrían heredar nada dado que el Código Civil portugués establece que el responsable del homicidio de una persona pierde la capacidad sucesoria en conexión con la víctima.