Reino Unido
Odessa Carey tenía 73 años cuando su hija decidió arrebatarle la vida en su casa de Ashington en Inglaterra.
Según publica 'Daily Mail', el cadáver de la mujer fue encontrado encima de una cama pero sin la cabeza. Todas las investigaciones se centraban en su hija Odessa Carey, de 36 años.
En el baño de la casa familiar encontraron sangre y tejido cerebral. En otra estancia de la casa hallaron varias armas, entre ellas un par de tijeras, cuchillos y un mazo. La autopsia reveló que la mujer fue golpeada hasta la muerte.
Según pudo saber el editorial 'John Murray', un amigo de la presunta asesina relató que cuando fue a verla vio la cabeza de la madre: "Vi cómo sacó la cabeza envuelta en una toalla, besó su frente con cuidado y volvió a guardarla". La justicia de Reino Unido cree que la hija está “demasiado trastornada” para afrontar el delito de parricidio.