Tumor
La joven sigue yendo a rehabilitación tres años después para recuperarse del tumor y tiene media cara paralizada.
Tori Dent tenía 25 años cuando su vida cambió de repente. Era enfermera, trabajaba en un hospital de Queensland, Australia, y llevaba una vida totalmente normal. Sin embargo, todo cambió cuando se fue de vacaciones con un crucero.
La joven comenzó a sentirse mareada, no podía andar y perdía el equilibrio con facilidad. En un primer momento lo atribuyó a unos ataques al vértigo, pero comenzó a preocuparse cuando su equilibrio continuó deteriorándose hasta el punto de que no podía caminar sin ayuda.
Al volver de vacaciones fue al hospital en el que trabajaba y allí le hicieron varias pruebas. El escáner cerebral anunció lo que no quería oír: tenía una lesión en el cerebro y debían intervenirla rápidamente. Los médicos lograron eliminar hasta el 80% del tumor, sin embargo, a los meses volvió a crecer.
"Pensé que estaba siendo dramática porque no me pareció gran cosa cuando fui al hospital", aseguró a Metro en una entrevista.
La joven tuvo que ser ingresada en la UCI porque no podía hablar, ni comer y necesitaba estar vigilada constantemente. Dent tuvo que volver a aprender a realizar tareas básicas como caminar y hablar. Tras 14 meses de rehabilitación volvió a recuperarse y pudo regresar a casa.
Su lesión cerebral la ha dejado con parálisis facial en el lado izquierdo, lo que significa que sus músculos están mucho más débiles, además que su cuerda vocal izquierda ya no funciona. La joven ha tenido que volver a aprender a realizar tareas básicas como caminar y hablar.
Después de 14 meses de rehabilitación en el hospital se ha recuperado y ya ha podido regresar a casa, pero tiene que seguir haciendo ejercicios de forma diaria para recuperarse al máximo de la lesión. También tiene que vendarse la cara con cinta adhesiva para ayudar a entrenar los músculos y que permanezcan en su lugar.