REGRESÓ A ALEMANIA TRAS UNIRSE A LA YIHAD
La Audiencia territorial de Múnich ha condenado este miércoles a once años de prisión a un joven alemán, Harun P., que luchó en Siria junto a grupos yihadistas, en el primer juicio por asesinato celebrado en Alemania contra uno de los numerosos combatientes que han regresado al país tras unirse a la yihad.
El hombre, de 27 años e hijo de inmigrantes afganos, ha sido condenado por pertenencia a organización terrorista, intento de asesinato y complicidad en el intento de asesinato en centenares de casos. El joven ha confesado durante el juicio que durante su estancia en Siria recibió formación en un campamento terrorista y participó de forma activa en el asalto a la cárcel central de la ciudad de Alepo, ataque en el que, según la fiscalía, murieron cinco prisioneros y dos vigilantes.
Durante el proceso ha ofrecido numerosos detalles de su actividad y ha testificado también en varios juicios contra presuntos terroristas en Berlín y Düsseldorf, por lo que ha sido calificado de traidor en los círculos islamistas. El juez del caso, Manfred Dauster, ha reconocido su colaboración con la justicia, en circunstancias difíciles, y ha afirmado que de no haber sido así podría haber sido condenado a cadena perpetua.
Según los últimos datos hechos públicos por los servicios secretos alemanes, unas 700 personas que residían en Alemania se han desplazado en los últimos años a Irak y Siria para unirse a las filas de grupos yihadistas como el Estado Islámico.