Cumbre del G-20
El presidente de China, Xi Jinping, ha lanzado ante las cámaras un duro reproche a su homólogo canadiense, Justin Trudeau, por filtrar a los medios una conversación privada que mantuvieron ambos.
Esta cumbre del G-20 pasará a la historia por la tensión que la ha rodeado, primero con la alerta de un misil que cayó en Polonia, y posteriormente por una escena surrealista que se ha vivido este miércoles, antes de que finalizara la cumbre. En dicha escena han participado el presidente de China, Xi Jinping, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y un traductor que era el encargado de intercambiar la información entre ambos para que se entendieran.
En ese encuentro, y delante de las cámaras, Xi ha reprochado a Trudeau que se filtrara una conversación entre ambos, la cual llegó a los medios de comunicación. Según ha indicado el presidente chino, "todo lo que discutimos ha salido en los periódicos. Eso no es apropiado". El primer ministro de Canadá, sonrojado diplomáticamente, se ha limitado a asentir con la cabeza ante un Xi Jinping que ha seguido advirtiéndole por lo sucedido.
A juicio del presidente chino, "debemos comunicarnos con respeto mutuo, si no, no sé lo que va a pasar". Con la intención de no dar lugar a una situación más incómoda, Trudeau ha buscado dar su versión más amable y ha intentado cerrar este desagradable episodio. El líder chino ha vuelto a mostrar así su firmeza y que cada vez tiene más asentadas sus bases como uno de los líderes más poderosos del mundo, más incluso que Vladímir Putin como presidente de Rusia.
Xi Jinping, un apasionado de las purgas públicas
Lo ocurrido con Trudeau no es una excepción. De hecho, es un nuevo capítulo en las purgas que tanto gustan al presidente de China. En el último Congreso del Partido Comunista chino, Xi Jinping permitió que su antecesor en el cargo, Hu Jintao, fuera sacado por la fuerza. Lo curioso es que lo consintió una vez que las cámaras estaban enfocando, lo cual da a entender que lo tenía premeditado para humillar públicamente al hombre que le precedió.
Por otro lado, encontramos a Jiang Zemin, de 96 años, y quien es el hombre que fue presidente antes que Hu Jintao y Xi Jinping, entre los años 1993 y 2003. Aunque Jiang lleva años retirado del ojo mediático, fue una de las primeras 'víctimas' del primer mandato de Xi Jinping. En Weibo, el Internet chino controlado por el régimen, hubo numerosas bromas de mal gusto hacia el expresidente, en lo que se consideró algo permitido e incluso rumoreado como auspiciado por la cúpula del Partido Comunista chino para dejar a Xi Jinping como el único hombre al que nadie debía desafiar.