TRAS EL GOLPE DE ESTADO
El jefe de la junta militar de Tailandia, el general Prayuth Chan-ocha, ha recibido este lunes la orden real que lo nombra formalmente como nuevo primer ministro del país, cargo para el que fue elegido por el parlamento formado a dedo por la propia junta.
Prayuth asumió el cargo en una ceremonia a puerta cerrada que tuvo lugar en el cuartel general del Ejército en Bangkok, donde se hizo llegar la orden de nombramiento firmada por el rey Bhumibol Adulyadej. La investidura, que fue retransmitida por todas las televisiones locales, fue fijada para las 10.39 (05.39 GMT), lo que sugiere la intervención de astrólogos para identificar un horario con buenos augurios.
El acto consistió en la lectura de la orden real que Prayuth recogió después de postrarse ante el altar con un cuadro del rey que presidía la sala y antes de dar un breve discurso en el que pidió la colaboración de todos los sectores del país en el proceso de reformas. "No estamos apartando a nadie. Todo el mundo está invitado a participar en el Consejo Nacional para la Reforma. No queremos que nadie se quede al margen de la democracia", dijo el nuevo jefe de gobierno.
Prayuth, de 60 años, fue nombrado para el cargo el pasado jueves unánimemente por el nuevo legislativo, que cuenta con más de la mitad de sus escaños ocupados por militares en activo o retirados. El nuevo primer ministro, que en septiembre debería jubilarse como jefe del Ejército, dijo que someterá a los miembros de su gobierno a la aprobación del monarca a finales de octubre. Prayuth indicó que todavía hay varios problemas relacionados con la seguridad y leyes que deben ser actualizadas, y se comprometió a trabajar en favor del interés del país y la reconciliación nacional.
Se prevé que en el nuevo ejecutivo estén los principales líderes de la junta militar y altos cargos de las fuerzas armadas. Pese a su nombramiento, se espera que Prayuth siga al frente de la junta militar, que en la Constitución interina aprobada el mes pasado se otorgó el poder absoluto por encima del legislativo y los tribunales, y concedió la amnistía a todos sus miembros.
La junta militar, que tomó el poder en un golpe de Estado el 22 de mayo, pretende acometer una serie de reformas políticas, sociales y económicas que, según anunciaron, culminarán en octubre de 2015 con la convocatoria de elecciones parlamentarias. Desde de la asonada, centenares de políticos, activistas, académicos y periodistas han sido detenidos, intimidados y obligados a renunciar a toda actividad política de oposición o crítica al nuevo régimen militar.