Submarino Titanic
El modelo del mando es un Logitech F710 del 2005 en el que habían implantado unas palancas adaptadas en vez de los "joysticks" para poder dirigir el submarino.
El submarino desaparecido en las aguas del Atlántico no estaba clasificado de manera oficial. Los sumergibles deben pasar controles de garantía, los cuales tardan años en concederse, y el 'Titan' no los había pasado. Tras el incidente, se ha podido saber que el sumergible estaba controlado por un mando de videojuegos, el cual no supera los 50 euros.
Con el paso de los días comienzan a salir detalles sobre la embarcación que podrían llegar a suponer que el 'Titan' no cumplía con los requisitos mínimos para acometer una expedición, como es sumergirse a más de 3.000 metros de profundidad en la costa oeste de Estados Unidos.
David Poug, periodista que se sumergió en la misma misión hace un año, asegura que se quedó sorprendido ya que "no sabía que el sumergible se controlaba con un simple mando de videojuegos". El mando "gamer", se puede comprar por menos de 50 euros en cualquier tienda de videojuegos. No es un caso aislado, en numerosos equipos militares, drones y otros dispositivos se utilizan los mandos comerciales debido a que resultan fáciles de usar y muchos de los militares están familiarizados con ellos.
El modelo del mando es un Logitech F710, un tipo de controlador que se empleaba para dirigir el dispositivo debajo del agua. Habían modificado varios botones: habían suprimido los "joysticks" y los habían cambiado por unas palancas adaptadas.
El director de la compañía fue despedido hace cinco años por revelar que existían fallos de seguridad y durante las mismas fechas, más de tres docenas de expertos de la principal agencia de certificación redactaron un escrito al director de la empresa Ocean Gate para avisarle de los riesgos que suponía poner en marcha la aventura de visitar los restos del Titanic. Un empleado también se sumó a la denuncia, pero sucesivamente fue despedido de la empresa.
Varios pasajeros que han estado en misiones anteriores han contado cómo es el submarino desde el interior y los problemas de seguridad que tiene. David Poug, ha confirmado que se sorprendió ya que desconocía que "el lastre era de tuberías de construcción usada". Mike Reis, escritor que estuvo en la expedición del Ocean Gate el año pasado, no es optimista con la situación. "Puede que estén en el fondo del océano, quizás hayan tenido una rotura y esté entrando agua, no soy muy optimista", ha señalado el escritor.
Mike Reis también ha explicado que durante su expedición la comunicación se perdió durante más de dos horas.
La principal agencia de certificación estadounidense explicó que si el submarino operaba en aguas internacionales el sumergible evitaba tener la obligación de cumplir con la normativa de Estados Unidos. Por el contrario, la empresa alegó que la regulación "ahogaba la innovación".
Cada minuto que pasa aumenta la preocupación ya que los cinco turistas siguen sin aparecer y cada vez va quedando menos oxígeno en el sumergible.