Inmigración irregular
Mientras Mauritania se enfrenta a una acogida de unos 200.000 malienses que huyen de la guerra, en Italia descienden las llegadas después de las medidas y los acuerdos impulsados entre Túnez y la UE
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Italia ha alcanzado una reducción del 66% de llegada de inmigrantes irregulares procedentes del conflicto de Malí y otras regiones africanas devastadas por la guerra este año. Una situación muy diferente en otros países. La incapacidad de Mauritania para gestionar el flujo de migrantes que huye de su países de origen lo ha convertido en el principal país de origen de la emigración irregular africana hacia España.
A través de las medidas aprobadas por Giorgia Meloni, Italia ha conseguido rebajar notablemente la llegada de migrantes al país. En concreto, entre el 1 de enero y el 28 de marzo de 2024, fueron 11.329 inmigrantes ilegales los que desembarcaron en las costas italianas. Representa un 60% menos que en el mismo periodo un año anterior, es decir, en 2023, cuando la cifra alcanzó los 123.863 inmigrantesirregulares.
Ese mismo año, en abril, Meloni se vio obligada a declarar el estado de emergencia migratoria durante seis meses. Lo hacía presentado a finales de enero el 'Plan Mattei', que incluía inversiones económicas en educación, sanidad, agricultura, agua y energía en los principales países emisores de emigración ilegal. Inicialmente, el proyecto contó con un presupuesto de 5.500 millones de euros y consiguió parcialmente sus objetivos: la llegada de inmigrantes irregulares desapareció prácticamente desde algunos países en 2024.
La presidenta del Consejo de Ministros de Italia ensalza su relación estratégica con Túnez. A través del plan que ha conseguido acercar a Italia a sus objetivos de reducir la llegada de migrantes irregulares, Meloni, acompañada por la presidenta de la Comisión Europa, Ursula von der Leyen, y por el primer ministro de los Países Bajos, Mark Rutte, ha firmado con el presidente tunecino, Kais Saied, un acuerdo de ayuda a Túnez, en gravísima situación socioeconómica, al borde la bancarrota. Le han concedido 255 millones de euros de ayuda económica, a cambio de un freno a los flujos migratorios y el compromiso de Italia y Bruselas de facilitar el acuerdo de casi 2.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los malienses no huyen solo de la extensión del conflicto en prácticamente todo el país. Las devastadoras consecuencias económicas provocadas por la guerra y el creciente aislamiento tanto regional como internacional debido a la llegada al poder de los militares: agricultura abandonada, zonas de pastoreo inaccesibles, escasez de gasolina, cortes de luz y el sector del comercio afectado. La gran mayoría de los refugiados, de origen tanto malienses como de otros países que viven conflictos en la región se quedan en el continente africano. Y las cifras aumentan exponencialmente cada año. En julio de este año había 13,7 millones de refugiados y desplazados internos en África occidental y central, un 25% más que en julio del año anterior. Y hace solo cinco años la cifra era de 6,5 millones de desplazados internos.
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