se acusan mutuamente de falta de humanidad
Los Gobiernos de Italia y Malta se acusaron mutuamente de falta de humanidad por no querer abrir ninguno de los dos sus puertos al barco de la ONG alemana Lifeline, que espera una solución desde hace más de tres días en el Mediterráneo, con 230 migrantes a bordo. El ministro de Interior y Seguridad Nacional de Malta, Michael Farrugia, criticó a Italia que exija a La Valeta que permita desembarcar a la nave por estar actualmente próxima a sus costas, cuando Roma no ha abierto sus puertos en días anteriores aunque el barco estaba más cerca entonces de este país. La ONG alemana socorrió el miércoles a 224 personas en el Mediterráneo central, a pocas millas de las costas de Libia, y Malta afirma que entonces el puerto seguro más cercano era uno italiano.
"Mientras la Lifeline estuvo en la zona SAR (de búsqueda y rescate) de Libia y cerca de Italia (Lampedusa) ha habido solo silencio por parte de (el ministro de Infraestructuras y Transportes italiano) Danilo Toninelli", escribió el ministro maltés en Twitter. "Después se ha dado cuenta de pronto de que el barco había atravesado la zona SAR de Malta. ¿Por qué no se les autorizó un puerto italiano de inmediato como Italia pide a Malta? Esta es la verdadera falta de humanidad", añadió. Toninelli respondió en la misma red social y subrayó que "Italia no coordinaba la operación de Lifeline", pues, como ha dicho el ministro en los últimos días, la ONG intervino sin atender a las indicaciones de los guardacostas italianos que dijeron que del salvamento se iba a encargar la Guardia Costera de Libia. "En los últimos cuatro años, nuestra Guardia Costera ha salvado en el Mediterráneo más de 600.000 vidas humanas.
Muchas más que Malta y cualquier otro país de la Unión Europea. Que explique ahora qué es falta de humanidad", escribió. Mientras Italia y Malta siguen enrocadas en sus posturas y echándose las culpas sobre la responsabilidad de esta situación, el barco de la ONG alemana permanece a la espera de que algún país europeo le dé permiso para atracar en un puerto. A bordo tiene a unos 230 migrantes, entre ellos cuatro niños, y el portavoz Axel Steier explicó que están tranquilos y preguntan dónde van a desembarcar, a lo que los voluntarios les responden que no lo saben aún. "Mientras el agua esté calmada y tengamos provisiones podemos seguir esperando", dijo Steier.