Guerra
Les da como día límite el domingo 10 de marzo, fecha de inicio del mes del ayuno musulmán.
Israel ya ha puesto fecha para su ataque a Rafah, en el sur de Gaza. Es un ultimátum que lanza a Hamás. Les da como día límite el domingo 10 de marzo, fecha de inicio del mes del ayuno musulmán, del Ramadán, para que entreguen a todos los rehenes. Si no es así, advierten que los combates comenzarán en Rafah.
"El mundo debe saberlo, y los dirigentes de Hamás deben saberlo: si para el Ramadán nuestros rehenes no están en casa, los combates continuarán en todas partes, incluida la zona de Rafah", dijo Benny Gantz, uno de los tres integrantes del gabinete de guerra israelí, en Jerusalén. "Hamás tiene la opción. Pueden rendirse, liberar a los rehenes y los civiles de Gaza podrán celebrar la fiesta del Ramadán", dijo el ministro.
Se trata de la primera ocasión en la que el gobierno israelí marca un plazo para su asalto contra Rafah, la ciudad en la que se encuentran refugiados la mayoría de los 1,7 millones de palestinos desplazados por la guerra.
Por su parte, gobiernos extranjeros, que ven con temor una posible matanza, reclaman a Israel que se evite atacar Rafah, la última ciudad de la Franja de Gaza que no ha sido invadida por tropas terrestres en la guerra.
La coordinadora de la ONU para la ayuda humanitaria y la reconstrucción de Gaza, Sigrid Kaag, ha insistido en que las consecuencias de una posible operación militar israelí en la ciudad de Rafah conllevaría unas consecuencias desastrosas para los civiles. "La ONU ha sido muy clara sobre que actualmente una extensión de las operaciones militares en Rafah podría tener unas consecuencias humanitarias nefastas para los civiles inocentes que están allí", remarcaba ante la prensa Kaag en Bruselas.
Kaag ha dicho que también "escuchamos muy claramente las diferentes voces del gabinete de guerra israelí". Sobre los planes de Israel, dice que "intentan proceder; el momento parece ser el tema de discusión", precisa.
De cualquier manera, Kaag ha querido incidir en que "las potenciales consecuentes de tal operación en este momento serían desastrosas". "Hay más de un millón de personas hacinadas en Rafah, que no está preparada para albergar a un millón de personas. Están en refugios, estructuras hechas de plástico, las condiciones de salud son muy preocupantes", dijo.
Entre tanto, ha indicado que la ayuda humanitaria que llega no es suficiente y que es más difícil distribuirla a medida que pasa el tiempo. "Tenemos que reconocer que las condiciones de seguridad al margen de las operaciones militares, debido a la llamada autodistribución por parte de civiles desesperados pero también del saqueo y la criminalización, están dificultando los esfuerzos de la comunidad internacional, la ONU y ONG internacionales y locales a la hora de entregar la ayuda a la gente que la necesita", indicó.
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