LAS IMÁGENES DEL HURACÁN EN LA NOCHE NEOYORQUINA
El presidente Obama advirtió que serían setenta y dos horas muy largas y el alcalde de Nueva York dijo, que no había tiempo para más evacuaciones y que nadie saliese de los edificios.
Nueva York estaba aislada del exterior y por primera vez en su historia todo el transporte público, incluido el metro, estaba cerrado. No sucedió esto ni siquiera después de los atentados del 11 de septiembre.
El corazón económico del país, estaba muy lejos de su efervescencia habitual. La plaza de Times Square, llamada el cruce de caminos del mundo, se había despoblado.
La ciudad cerró también sus puentes y evacuó las viviendas situadas en las zonas más bajas respecto al nivel del mar.
Irene ya había llegado, Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York, daba la voz de alarma y advertía:
"Ya no hay tiempo para más evacuaciones. Todo el mundo debería estar ya resguardado y preparado para no salir al exterior hasta que las condiciones mejoren, seguramente no antes de esta tarde. Les aseguro que permaneceremos alertas las próximas 24 horas"
Los más temerarios apuraron hasta el último minuto antes de abandonar el centro de Nueva York, pero en general los ciudadanos fueron consciente del peligro y acataron las advertencias.