ESTABA CONDENADO A MORIR AHORCADO
Hace siete años que Samereh visita la tumba de su hijo. Murió con tan solo 17 años en una pelea callejera. Le apuñalaron en el cuello. Su asesino fue otro joven que entonces tenía 13 años. Desde entonces ha estado en prisión pero un tribunal iraní le sentenció a morir ahorcado.
Todo estaba listo para que se cumpliese la sentencia, en la plaza del pueblo ante sus vecinos, pero en el ultimo segundo, con la soga en el cuello, la madre de la víctima le salvó la vida. En vez de empujar la silla.. le dió una bofetada, el gesto de perdón
"Cuando me acerqué a la horca él me dijo: 'Por favor, pérdoname; por el amor de Dios, ten piedad de mis padres'. En ese momento, no podía empujar la silla y le dí una bofetada", ha explicado. No solo eso, ayudó a quitarle soga y después ambas madres, la de la víctima y la del verdurgo, lloraron juntas.
En Irán la ley del ojo por ojo permite a las familias de las víctimas participar en los castigos e, incluso, ejecutar las sentencias pero también indultar al asesino a cambio de una compensación económica. Pero en este caso ni siquiera han querido ese dinero.