IRÁN
El régimen de los ayatolás brindará atención psicológica a las mujeres que desean llevar el hijab, pero sufren “presión social” para no hacerlo.
El nombre no deja lugar a dudas: Clínica de Rehabilitación de la Falta del Hiyab' un lugar en Teherán donde se planea ofrecer "tratamiento científico y psicológico" a adolescentes y jóvenes que "buscan una identidad social e islámica".
El centro busca “brindar servicios psicológicos, de asesoramiento y apoyo a las personas que desean observar el hijab y que es posible que se hayan enfrentado a desafíos en este campo debido a presiones sociales”, ha explicado la jefa del departamento de mujeres y familia del Centro de Ordenar el Bien y Prohibir el Mal, Mehri Talebi-Darestani, Talebi-Darestani.
Sería la primera clínica de estas características que se abre en el país y la razón, dicen, es la petición de “familias, mujeres y niñas de Teherán” que se sienten “bajo presión para dejar de usar el hiyab”, prenda obligatoria por ley en el país islámico.
Pero el hecho es que la noticia llega semanas después de la detención de una joven que apareció en ropa interior en las escaleras de la facultad de Ciencia e Investigación de la Universidad Islámica Azad en Teherán. La joven fue inmediatamente detenida y la Universidad, en un comunicado, explicó que la mujer sufre un "trastorno mental" y que fue llevada a un "hospital psiquiátrico".
Y ese es solo el último capítulo del fuerte movimiento de desobediencia civil que se inició hace ya dos años tras la muerte de la joven Masha Amini mientras se encontraba bajo la custodia de la Policía de la moral que la detuvo por no llevar bien puesto el velo islámico, y cuyo asesinato provocó una fuerte ola de protestas. Desde entonces las autoridades iraníes tratan de reimponer el uso del velo con castigos o el regreso a las calles de la Policía de la moral, que detiene a mujeres que muestran su pelo.
La ley dictamina para las mujeres que violen el estricto código de vestimenta condenas de cárcel de hasta cinco años en caso de reincidencia, multas de hasta 2.000 dólares, la confiscación de automóviles y la prohibición de conducir, además de deducciones de salario o prestaciones laborales o la prohibición de viajar.
Poco importa que quien se atreva a desafiar al régimen sea una estudiante, un ama de casa o una reconocida figura de la sociedad iraní desde la Revolución Islámica. Hace solo unos meses Afsaneh Bayegan, de 61 años y estrella de la televisión, era condenada por un tribunal a dos años de prisión con suspensión de pena, y la orden de visitar un "centro psicológico" una vez a la semana para "tratar su trastorno de personalidad antifamiliar".
Su caso no es aislado. Los jueces iraníes también diagnosticaron "trastorno antisocial de la personalidad" a Azadeh Samadi, otra famosa actriz, por llevar sombrero —y no velo— durante un funeral. La actriz tiene que ir a terapia una vez a la semana en un "centro psicológico".
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y no te pierdas la última hora y toda la actualidad de antena3noticias.com