EL VIAJE ES UN INFIERNO PARA MUCHAS INMIGRANTES
Muchas mujeres procedentes de Centroamérica deciden, un día, abandonar su país para marcharse a Estados Unidos en busca del sueño americano. En su recorrido de kilómetros y kilómetros deben atravesar México.
Para la mayor parte de ellas será un infierno; saben que muchas van a ser maltratadas e incluso violadas. Por eso, antes de comenzar el viaje toman precauciones y se inyectan un anticonceptivo de tres meses de duración y una eficacia del 97% que compran en farmacias. Algunos lo llaman coloquialmente la 'inyección anti-México'.
Son conscientes de que no pueden impedir las violaciones pero, al menos, están preparadas para evitar el embarazo. Se cree que entre 6 y 8 de cada 10 mujeres centroamericanas que pasan por México -sobre todo de Guatemala, El Salvador y Honduras- son violadas.