Invasión rusa de Ucrania
Lo ocurrido en las últimas horas ha supuesto el mayor desafío para Vladímir Putin desde que se encuentra en la cúpula del poder de Rusia. El pulso al que le ha sometido el propietario de las milicias Wagner ha evidenciado la debilidad de un régimen que se pensaba era férreo y sólido.
Jamás Vladímir Putin había vivido un desafío semejante en las 3 décadas que lleva al frente del Kremlin. En los últimos días el líder ruso ha tenido que enfrentar una revuelta de las milicias del Grupo Wagner, hasta ahora al servicio del dirigente.
"Lo que hemos visto es que ha habido un momento en que las coaliciones que apoyaban a Putin estaban divididas a costa de la gestión de la guerra. Dirigiendo una de ellas ha salido el líder del grupo Wagner, que ha sido capaz de plantearle un pulso" comenta a Antena 3, Bernardo Navazo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Carlos III de Madrid.
Un pulso protagonizado por un Wagner despechado contra un Ministerio de Defensa que le cortaba las alas, a pesar de sus victorias clave en la guerra de Ucrania. Muchos rusos no comprenden cómo en el discurso oficial, estos mercenarios han pasado de héroes a villanos.
"Lo que ocurre con mercenarios, y que incluso ya lo decía Maquiavelo, es que en algún momento se pueden volver insolentes", sentencia el profesor Navazo.
Lo vivido en las últimas horas se asemeja al germen de una guerra civil, y la pregunta que ahora se hacen muchos es: ¿Qué supondría para la Unión Europea una Rusia implosionada?
"Lo que hemos visto es que tenemos a una potencia nuclear, que genera muchísima inestabilidad, así que si algo tenemos que extraer de esta crisis que parece que está ocurriendo muy lejos, es que sus implicaciones son prácticas e inmediatas en el aquí y en el ahora", argumenta el experto.
Según los especialistas el más beneficiado por esta crisis entre Wagner y Putin ha sido el ejército ucraniano. Sus fuerzas han podido ganar posiciones en las últimas horas, a merced del desconcierto que está viviendo el enemigo.