Se mostraban muy agradecidos
Con una política migratoria húngara cada vez más restrictiva, muchas personas han decidido tomar la ruta a través de Bosnia para poder llegar a Croacia y después Eslovenia. Lo cierto es que esta política comenzó a finales del 2017.
Esto demuestra que no se pueden detener estos desplazamientos y solo obliga a cruzar esta frontera de una forma más vulnerable.
ACNUR (Comité de refugiados) ya contabilizó 2.557 personas recién llegadas al país. A finales de este verano han solicitado asilo 680 personas.
La mayoría llegan de Serbia motivados por la fatiga física y moral de haber vivido en campamentos o bosques durante meses con la esperanza de poder mejorar sus condiciones y mejores oportunidades de futuro.
Los agentes de seguridad croatas impiden que las personas ingresen en su país utilizando incluso la violencia física.
Además de esto, la Policía croata está presuntamente trabajando con la policía eslovena para coordinar las deportaciones. Los agentes están utilizando porras, palos de metal y descargar eléctricas.